La corrupción no es un accidente del Sistema, la corrupción es el propio Sistema y por eso, entre otras razones, debemos cambiar.
Ahora el caso de los médicos.
Muchos profesionales de la medicina ven en la degradación de la calidad y la accesibilidad al sistema público de salud (listas de espera alargadas), una magnifica ocasión de «ganarse mejor la vida».
Ya es un tópico decir al paciente:
– tenemos mucha lista de espera para operar, más de un año
cuando en realidad, si miramos la información del CatSalut que consta en su Web, la demora de lista por aquel procedimiento, en aquél hospital, es de menos de 5 meses; además hay una garantía, para los procedimientos más frecuentes, de operarlos antes de los 6 meses y el paciente, desesperado por su dolor o su problema, pregunta
– ¿que podemos hacer doctor?
El otro puede responder varias cosas:
a.- (el buen profesional): «trataré de priorizar en la lista porque usted vive sola, tiene mucho dolor, mucha incapacidad funcional, etc… y con ello podemos operar en 3 o 4 meses
b.- (el mal profesional) puede decir: «mire, en este hospital operamos por las tardes, paga usted parte del tratamiento y así no tenemos lista de espera» (corrupción) o también puede decir: «mire, venga a verme a mi consulta privada y podemos hablar «(más corrupción).
Estos hechos, no ocasionales o accidentales en el Sistema sanitario, manifiestan una falta de profesionalidad de algunos médicos (de no saber o no querer manejar bien su lista de espera) además de una falta absoluta de ética profesional.
Pero es que en el Sistema sanitario catalán «dual» (provisión público / privado concertado), nada transparente, fruto históricamente de un «mercado de relaciones e influencias» más que de obediencia a una planificación de las necesidades reales de cada territorio, una evaluación transparente y profunda de los resultados económicos y los resultados en salud de la población, la corrupción ha sido tolerada, encubierta y para muchos responsables un camino lento y constante hacia la privatización de servicios para dar negocio a los amigos y a algunos profesionales. La corrupción, tanto de los mandos, responsables políticos, profesionales y empresas, no ha sido un accidente. La corrupción ha estado en el núcleo del sistema y por eso hay que cambiarlo.
Hay que denunciar caso por caso, juzgarlos y castigarlos, pero sobre todo, necesitamos que haya gobernabilidad democrática, transparencia absoluta, no lucro con la sanidad ni la salud, establecer claramente lo que es público de lo que aún tenemos que mantener con concierto, controlado minuciosamente, para cubrir las necesidades de determinado territorio, incompatibilidades de cargos directivos y profesionales, asistencia pública y privada en el mismo centro por los pacientes del CatSalut prohibida. Código ético de profesionales y centros de provisión de servicios públicos, explícito, firmado, controlado y sancionado si es preciso, por agencia independiente.
En definitiva, que el Parlamento y el Departamento de Salud manden, planifiquen, financien, evalúen y sancionen con transparencia, según necesidades de la población. Cosa que no han hecho desde hace mucho tiempo.
Josep Martí Valls (09/05/2013)
NOTA: La traducción al castellano del post (originalmente en catalán), los subrayados, links y el vídeo, son míos.
Per cierto: la consulta de listas de espera sólo permite operaciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas. No visitas.
Olga Fernández Quiroga