VOLKSWAGEN: Un atentado contra la Salud Pública

octubre 12, 2015

He esperado unos días para escribir este post a ver si salía nuestro peculiar Conseller catalán de Salut, Ruiz, o el del Gobierno español, o responsables de la Unión Europea o del Gobierno alemán…pero en lugar de los responsables de la salud de sus ciudadanos sólo hablado ministros de industria, como el ministro Soria, que no sabe, no se entera o se entera cuando todos ya están enterados, o de economía, como el alemán Schäuble, aquél que atacaba tan fieramente la propuesta de reestructurar la deuda griega y ahora respecto a Wolksvagen (VW) dice que “saldrán fortalecidos” y que la razón de todo esla cada vez mayor codicia que existe en el mercado mundial” y presidentes de gobiernos, responsables de WW y medios de comunicación, todos muy preocupados por las inversiones de la compañía y sus repercusiones en el empleo.

Los medios utilizan un lenguaje eufemístico y blandengue, refiriéndose a “ la equivocación”, “el error” y términos similares.

Me parece pusilánime y revelador este lenguaje. El trucaje de los motores de los coches de VW mediante el uso de un software que falsea los resultados en contaminación, es un acto absolutamente premeditado, consciente e intencionado, con el fin de ganar dinero, un acto ilegal, fraudulento para sus clientes, hipócrita para la ciudadanía ya que se publicitan como ecológicos , un acto de voracidad infantil insaciable en el que sólo importa su beneficio económico, un acto de engreimiento estúpido, ya que se consideran por encima de todo y de todos, un acto de imbecilidad al suponer que no se descubriría nunca, sin pensar que todos ellos respiran el mismo aire y viven en el mismo planeta que el resto de seres humanos y un atentado en toda regla contra la salud de la gente y el envenenamiento del planeta.woklsvagen ecológico

Nuestro Conseller catalán de Salut, Ruiz, tan presto a decir “boutades”, como aquella de que la salud es un bien propio que tiene que cuidar cada cuál o proponiendo la instauración de protocolos para que los niños catalanes no pasen hambre o negando las listas de espera y siempre protegido por su ideología ultraliberal que vuelca en la destrucción del Sistema Público de Salud, también con ese objetivo de que algunos ganen dinero a costa de la salud de la población, no se ha molestado nada con este asunto.

Muy pocos han planteado la cuestión como lo que es: un atentado a la salud pública y contra el planeta

Pero mucho han hablado de inversiones crisis, y más crisis, empleo y seguridad de los coches, e incluso deportes

Esta gente no son empresarios, son depredadores sociales que se “alimentan” de la destrucción, el sufrimiento y la muerte

También los sindicatos, que tienen sus comités de salud laboral, deberían plantearse su identificación con esta clase de ” empresas” y cambiar esa especie de mantra que pone el trabajo como valor supremo, por encima de la vida, como en la época esclavista. El trabajo no vale nuestra propia inmolación con cantidades de coches conducidos por cadáveres.

Entiendo perfectamente la preocupación de los trabajadores, pero el trabajo no puede suponer su propia destrucción y la del planeta, o sea un futuro inexistente.

Todas las empresas que se lucran incumpliendo deliberadamente las normativas sobre gases contaminantes y luego se ponen además a chantajear a gobiernos y ciudadanos con la destrucción de empleo si le aprietan mucho las tuercas, simplemente deberían ser desechables.

No es ninguna broma. Las emisiones de Nitrógeno son contaminantes a tope, catalogado como agente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El diario británico The Guardian cifra entre 10.392 y 41.571 las toneladas de gases tóxicos emitidas a la atmósfera cada año por los 482.000 vehículos diésel de WW si hubieran cubierto la distancia media de un coche en Estados Unidos. De haber cumplido con los límites de la agencia medioambiental deberían haber emitido solo 1.039 toneladas, hasta 40 veces menos.

Pero, al a precer, la cosa no acaba sólo en WW.

Daniel Tanuro, en Sin permiso, en el artículo titulado Das Auto Kapital: Detrás del escándalo de Volkswagen, explica lo poco que hace la Unión Europea y los países que la componen, para hacer que se cumplan sus propias leyes.

Así pasa que se regulan las emisiones, se establecen los estándares, que por cierto son el doble que en los EEUU, aunque no vayáis a pensar que piensan más en la salud de su gente, simplemente es porque en los EEEU el diesel casi no existe (del 1 al 3%); eso explica que con las emisiones de CO2, sí son más tolerantes en los EEUU que en Europa.

El caso es que dictamos leyes y normas pero después no hay nadie para hacer que se cumplan- Los reguladores que desregulan. El estado al servicio de unos pocos, abandonando su función de servir al bien común. Y no quiero ni pensar qué se diría si en vez de hablar de alemanes con esa imagen tópica que les damos de serios, responsables, éticos y trabajadores, habláramos de latinos, españoles o griegos por citar a algunos.

Un culebrón. Merece la pena leer este artículo. Se entiende muy bien el tema de las desregulaciones, de quién intenta mandar y de la contradicción entre capitalismo y vida.

No obstante, esto de las desregulaciones siempre se refiere a los trabajadores porque el CEO dimitido de VW tenía un importante blindaje económico.

Un fracaso total del sistema capitalista con esa tontería elevada a ideología sobre la regulación (auto) de los mercados. Este caso demuestra una vez más, la absoluta imposibilidad de las grandes empresas de autorregularse

Es un sistema económico envenenado en dónde ese veneno nos mata porque literalmente nos lo tragamos, lo respiramos por la piel o emponzoña nuestro psiquismo.

WW ecológico 2Pensemos que una consecuencia de todo esto es que muchos de los informes sobre el estado de medio ambiente y sus correspondientes planes de protección ambiental, están sesgados, porque se basan en pruebas falsas.

Seguro que podemos saber cuánto le costará a VW, cuánto nos ha costado a la ciudadanía en subvenciones a “vehículos limpios”, cuánto caerán las acciones, cuánto perderán unos accionistas y ganarán otros, cuál será el importe de las multas (porque estamos hablando de economía no de delito penal científico, ) cómo se van a matar las empresas automovilísticas entre ellas cuál selva feroz, cómo los partidos pedirán la comparecencia de los ministros de industria, no de salud… y muchos aspectos económicos, pero nunca vamos a saber , cuántos cánceres ha ayudado a producir cuántas muertes cuántos actos médicos en nuestro maltrecho Sistema de Salud cuánta infelicidad y desgracia y cuánto nos costará en dinero y en muertes, porque el aire, a diferencia de los coches no se va arreglar de la noche a la mañana y nuestras vidas, aunque trabajemos en la SEAT, de operarios o directivos va a estar mediatizada por la atmósfera enferma que respiramos

La parte de responsabilidad que nos toca, además de las votaciones que hacemos cuando hay elecciones, también implica cuestionarnos si nos estamos preocupando más por si el coche es +- potente o +- contaminante. Y cuestionar su uso masivo.

Somos adultos y ya no nos es posible cerrar los ojos y pensar que con ello, como hacen los niños, no veremos que si seguimos pensando que somos ilimitados y que el planeta no tiene fin, seremos como los directivos de VW que, me juego lo que sea, buscarán dos o tres culpables sin asumir que la responsabilidad se extiende a todos los niveles.

Olga Fernández Quiroga